Varias veces cuando estuve con Fernando Flores, el hablaba de las prácticas marginales, del emprendimiento como una práctica marginal, o que surge desde ese espacio. Hoy el tema me hace más sentido al escuchar a Julio Olalla, cuando nos plantea que desde lo central no ocurrirá el cambio que salvará el mundo. Desde aquellas prácticas que nos han consitituido en la sociedad que somos, no vamos a encontrar respuesta a los profundos dolores que esta misma sociedad nos ha generado. Conecto esto con el aprendizaje. ¿cuales son las prácticas marginales que hemos dejado de hacer?, ¿qué estado de ánimo nos instala el habitar esas prácticas?, ¿cómo podemos transformar aquellas prácticas marginales en centrales?. ¿Cuán poderoso puede ser conectar a los participantes de un taller con sus prácticas marginales?, ¿cuanto de su luz se ha quedado en ese espacio?
La invitación es a una pequeña vuelta por aquellas cosas que hemos ido soltando y que en algún momento nos constituyeron.
1 comentario:
Gracias Pablo.
El desarrollar prácticas marginales pone en el centro entender lo que es aprender, generar nuevas prácticas que hoy no tenemos para lograr resultados que hoy no obtenemos. Pueden ser algunas antiguas y otras nuevas, como por ejemplo el uso del blog.
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