El centro

A propósito del post de Omar, quisiera tirar una conversa que me da vueltas desde hace mucho, principalmente dentro del proceso de formación como Coach, pero que evidentemente es aplicable a la facilitación, ya que de una u otra forma el fin es similar.

El tema en cuestión es ¿cual es el espacio emocional desde el cual se hace coaching o se facilita?, cómo este espacio (en el cual uno evidentemente habita, y por tanto mira desde ahí) no se mete en el proceso de facilitación y lo tiñe, lo "agenda" (parafraseando a mis amigos de newfield), transformando el proceso en un recorrido predefinido, donde el facilitador instala su agenda propia. Cada vez que he visto a facilitadores notables, o que a mi juicio lo son, me ha sorprendido por un lado su increible intuición, y por otro su profunda conexión con el otro, su absoluto amor desde el que se paran a apoyar un proceso de otro, esa conexión que se logra mediante un gran recorrido por espacios de luces y sombras que te permite separar o separarte del "yo" como sujeto protagonista de todo, y ponerte en un permanente "yosotros" donde estoy, pero en la deriva, en el retroalimentarse, en el co-crear. Ese espacio de centramiento profundo que permite con maestría que tus juicios sean válidos sólo si al otro le hacen sentido para crecer, es un espacio de práctica, mucha práctica, pero sobre todo es un espacio de riesgo, en el que me pongo a disposición del otro y en ese proceso también me transformo, y es en esa posible transformación permanente, a la que me meto sin expectativas, la que muestra que mis dolores, mis alegrías, mis miedos no son míos sino que son de todos, y es ahí donde facilito, donde sirvo...Pablo